El sábado pasado se hizo la feria de “Ronda de Tinta”.

La expectativa fue la única certeza que tuvimos por varios días. No teníamos idea de qué iba a salir de este encuentro, todo era posible. El grupo es nuevo, algunos ni se conocían en persona, otros se están recién conociendo. Tampoco conocíamos el lugar. La novedad dominaba esta historia.

Llegamos todos bastante puntual (menos Carlos). En La Trinchera nos recibieron de mil amores, nos dieron libertad absoluta para acomodar y desacomodar todo el espacio según nuestro criterio, el cual se fue formando ahí mismo y que terminó en una clásica organización tipo feria pero con demasiado poco espacio entre las mesas.

Antes de la feria tuvimos ideas extravagantes como hacer una muestra de originales, colgar algunos en las paredes, armar una especie de galería, vender por millones. Pero no tuvimos en cuenta que el espacio físico del lugar que nos prestaban para feriar era limitado y los originales no pudieron lucirse como merecían.
Tuvimos la iniciativa de hacer un sorteo (o varios!!). En principio la idea era dar un número por venta pero al final se decidió anotar los nombres de quienes compraban. Éramos 6 expositores y ni uno se acordó de anotar un solo nombre… el sorteo se canceló (perdón!). De milagro Gabi se acordó de sacar fotos.

La novedad dominaba esta historia, desde los integrantes de este nuevo grupo, hasta el lugar, hasta la organización.

Con todo esto el evento fue maravilloso.

Se acercó mucha gente. Se conversó, se sonrió, se tomó, se comió, se vendió, se la pasó bien, se la pasó muy bien.

Se la pasó tan bien que los seis quedamos entusiasmados y ya pensando en la segunda edición de “Ronda de Tinta” (que no sabemos si es el nombre del grupo o del evento), porque el clima que se vivió el sábado en La Trinchera fue un clima que vale la pena volver a vivir, que queremos y esperamos volver a vivir y que queremos que muchos más lo vivan con nosotros.

Gracias por acompañar y que siga!