Hace unos años, tal vez 3 o 4, me topé de casualidad con el trabajo de Carlos Dearmas. En alguna red social por medio de algún conocido en común. Y fue cuestión de navegar un poco (no mucho) por lo mares de líneas de esos dibujos para entender que no se estaba frente a un artista cualquiera. Uno que admira y observa a genios históricos como Wrightson, Kim Jun Gi, Breccia, Moebius, Alonso, Toppi. Puede ver el trabajo de Carlos y agregarlo a la lista, porque Dearmas no tiene nada que envidiarle a los grandes dibujantes de nuestra historia.
Fue amor a primera vista y como editor no tardé en contactarlo con todo el caradurismo posible para ofrecerle editar su “primer libro en Argentina” (al final nos ganaron de mano unos cuantos). Una propuesta que fue respondida sorpresivamente de forma instantánea con un “sí, dale” (Carlos, además de un gran dibujante, es un tipo muy amable y atento).
La intención de la editorial era editar alguno de sus títulos publicados en otros países pero Carlos nos sorprendió con material inédito y no solo dibujado sino también escrito por él. Su primer obra como autor integral y lo genial es que Carlos escribe tan bien como dibuja, así que no sería cualquier obra.
El trabajo fue tomando forma con tiempo. Las viñetas iban saliendo de los dedos de Carlos con cuidado y quien lea el libro va a entender el por qué. Los detalles de los dibujos, la profundidad de los textos, las figuraciones, las descripciones. Cada viñeta es un cuadro que pide tiempo y promete disfrute una y mil veces.
Pasaron esos años y este tan cuidado y sentido trabajo dio forma final a “Ninguna historia feliz”, que en palabras de Rafael Curci:
“…este libro es, además de una novela gráfica, una autobiografía oblicua y en clave, nunca literal, sobre el mundo dearmasiano, sobre su postura y concepción de la vida y también de su arte, que se abre paso y florece en la árida y sórdida contemporaneidad que impera en estos días. Todo libro artístico es, en el fondo, autobiográfico, y esta dualidad queda en evidencia cuando se trata de una obra gestada desde la más profunda y visceral cosmovisión de un auténtico creador.”
“Ninguna historia feliz” nos agasaja con 27 relatos exquisitamente escritos e ilustrados de forma magistral.
Desde la editorial no queda más que agradecer a Carlos Dearmas por la confianza y la buena onda y a Rafael Curci por ese hermoso y preciso prólogo.
“Ninguna historia feliz” es un trabajo visceral que le abre el pecho al lector con su irreverencia, su valentía y su fuerte crítica social. Una crónica de época sensible, inteligente y exquisitamente plasmada que no se desgrana a primeras. Sus relatos requieren atención, requieren digestión y repetición. Cada viñeta es un cuadro que pide tiempo y promete disfrute una y mil veces.
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