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Parece que todavía no te decidiste
Tuve un abuelo que me enseñó a amar los libros. Tuve mucha suerte, porque siempre que estuve triste, perdida o confundida, encontré en las palabras que escribieron otras personas (a veces hace cientos de años) consuelo y compañía.
Ahora tengo 37 años y vivo en una casita con jardín con mi hijo adolescente, mi hija pequeñita y nuestra gata Kiki. Trabajo de escribir y estudio para ser partera. Sigo buscando refugio en los libros y sueño con que mis historias también puedan ser refugio para otrxs.